El patchwork es un tipo de costura que se basa en la unión de diferentes pedazos de tela o “parches” (patch) para crear un diseño o dibujo. Normalmente se usa para decorar mantas y colchas, aunque recientemente, debido a su incremento de popularidad, también se puede ver en bolsos, chaquetas, faldas o tapicerías. Según la combinación de formas y colores de las telas usadas, el resultado final puede abarcar desde un mosaico de tonalidad grisácea hasta un alegre y colorido patrón geométrico.
El origen moderno del patchwork se remonta a principios del siglo XX. Durante la Gran Depresión americana, esta técnica de costura era un medio para reciclar ropa usada y convertirla en una caliente manta: se recortaban las partes servibles de las prendas viejas en formas geométricas regulares (cuadrados o rectángulos) y posteriormente se unían mediante hilo y aguja para conformar una pieza mayor. El interior se podía rellenar con lana o algodón para hacerlo más caliente.
Actualmente esta moda se ha extendido más allá del diseño de colchas, y se usa para confeccionar todo tipo de ropa. Si queremos hacernos una prenda o complemento de patchwork, lo primero que debemos hacer es pensar qué estilo queremos conseguir, y qué gama de colores queremos usar. Una vez lo tengamos en mente, tenemos que dirigirnos a una tienda de costura, donde con la ayuda del profesional, podremos ver diferentes muestrarios textiles y elegir las telas más convenientes para nuestro diseño. Una vez comprada la ropa, hay que marcar los diferentes patrones y recortarlos, y seguidamente coserlos juntos para crear nuestro dibujo o mosaico, en función del tipo de pieza que se quiera hacer. Una vez finalizado, ¡ya estarás a punto para lucir tu nueva prenda hecha a mano!