Polvo, ruidos, desorden por todas partes… Para hacer una reforma en casa, más si es de envergadura, hay que pensarlo muy bien. No solo respecto al dinero destinado al lavado de cara del piso, sino también en lo referente a plazos, organización y todo cuanto afecte a la vida cotidiana. Hay tener planeado al milímetro qué se hará y en qué plazos, y detallar todo en el presupuesto.
1. Pensar muy bien en todos los detalles. hay que tomarse mucho tiempo para pensar en todos los detalles. Todo debe estar planeado al milímetro, ya que serán unas semanas o meses en los que la casa no será la misma.
2. Pedir presupuestos. Nunca hay que aceptar el presupuesto de una empresa que no haya visto la reforma que se quiere hacer sobre el terreno, y hay que huir de profesionales no acreditados.
3. Personal. Hay que saber con todo detalle qué profesionales estarán en nuestra obra, cuántos y de qué gremios.
4. Cómo hacer la reforma. Antes de que lleguen los operarios hay que guardar objetos y muebles que se puedan dañar. Si no es posible trasladar algunos muebles, se le puede pedir a la empresa que hará la reforma que lo haga.
5. El momento de pagar. Hay una máxima que nunca debe dejar de observarse: hasta que la obra no haya acabado y todo haya quedado perfecto y conforme a lo pactado, no hay que pagar.
Como es habitual que estos trabajos sean largos, y a veces hay imprevistos, es muy importante haber incluido una cláusula de penalización. Tiene que estar contemplada en el presupuesto, con los tiempos de finalización de la obra. Una recomendación es penalizar cada día de retraso, por ejemplo, con 60 euros.
Respeta el medio ambiente y asegura tu bienestar con materiales saludables, libres de compuestos orgánicos volátiles y con sello ecológico como el FSC en maderas, por ejemplo. Utiliza materiales producidos en el país, el impacto medioambiental es muchísimo menor. Algunos de los materiales más ecosaludables son los morteros de cal, las pinturas de silicato, la cerámica cocida, el linóleo o la piedra caliza. Apuesta por ellos.