Muchas personas padecen apnea del sueño sin saberlo, y es que los afectados no pueden darse cuenta del síntoma más común, el ronquido, a no ser que sea detectado por algún familiar que duermen con la persona afectada. Si no es así puede ser complicado diagnosticar dicha enfermedad. A día de hoy no existe ninguna prueba que ayude a diagnosticar la enfermedad.
Este trastorno consiste en una obstrucción en las vías respiratorias durante el sueño. Para determinar la existencia de este síndrome, han de producirse un mínimo de treinta pausas de apnea durante el descanso nocturno, asociadas frecuentemente al despertar del paciente por la sensación de falta de aire.
Podemos encontrarnos con dos tipos de Apnea del sueño;
Apnea obstructiva: es el trastorno más frecuente la interrupción del flujo aéreo se debe a una oclusión de la vía respiratoria. Sucede mientras el paciente duerme porque, al encontrarse tumbado, las partes blandas de la garganta se desplazan hacia atrás y ocluyen la vía. Esto puede provocar que el paciente se despierte frecuentemente, aunque en la mayoría de los casos no suelen recordar estas breves interrupciones en su sueño.
Apnea del sueño central La apnea central se produce cuando el cerebro deja temporalmente de enviar señales a los músculos que controlan la respiración. La afección ocurre a menudo en personas que tienen ciertos problemas de salud. Por ejemplo, se puede presentar en alguien que tenga un problema con el tronco encefálico, el cual controla la respiración.
Apnea del sueño mixta: se podría hablar de un tercer tipo de apnea, denominada como mixta, en aquellos casos que comienzan como una apnea central y con el tiempo acaba convirtiéndose en apnea obstructiva.
Las posibles causas que pueden originar este tipo de trastorno pueden ser;
- Tener el maxilar inferior más corto que el maxilar superior.
- Determinadas formas del paladar o de la vía respiratoria que originan el colapso de la vía.
- Tener un cuello grande.
- Poseer una lengua que puede retrotraerse hasta bloquear la vía respiratoria.
- La obesidad.
- Tener unas amígdalas o vegetaciones grandes que pueden taponar la vía respiratoria.
Las consecuencias de padecer esta enfermedad pueden ser mas serias de lo que parece. Se puede llegar a sufrir fatiga crónica, alteraciones respiratorias y cardiovasculares, dolores de cabeza. Durante la noche suelen levantarse con frecuencia para ir al baño, se despierta frecuentemente con la boca seca y al día siguiente notan cansancio. Es probable que se llegue a padecer somnolencia diurna,con la posibilidad de llegar a dormirse en situaciones inapropiadas, mientras se conduce, en las tareas diarias… incluso en el trabajo, con lo cual no es de extrañar, que todos estos trastornos puedan llegar a derivar en una fuerte depresión, y en consecuencia en una posible incapacidad laboral.