La artritis reumatoide se presenta como una de las principales causas de incapacidad laboral. No solamente las personas mayores padecen esta enfermedad, puede aparecer entre los 40 y 50 años, en estas edades donde la actividad se puede ver claramente afectada sin mencionar la pérdida de productividad laboral y las consecuencias psicológicas y económicas que comporta.
En el ámbito laboral español, el 35% de las personas que padecen esta enfermedad, presentan un grado de minusvalía mayor que el 65%, hecho que les impide trabajar. En el año 2007 se produjeron más de 2.500 procesos de incapacidad temporal por artritis reumatoide.
Un diagnóstico temprano y la correcta revisión por parte del especialista puede llegar a ser esencial, ya que durante los dos primeros años de la enfermedad pueden producirse daños irreversibles. Los reumatólogos recuerdan que es posible diagnosticar esta enfermedad a tiempo, a través de consultas, y de este modo prevenir los efectos como la pérdida de movilidad. La calidad de vida también puede verse afectada, dentro y fuera del trabajo; actividades cotidianas como vestirse o levantarse de la cama pueden resultar acciones muy complicadas.
La artritis reumatoide no presenta signos externos, eso hace que se la llame la enfermedad “invisible”, hecho que no impide el diagnóstico a través de consultas periódicas a los especialistas.