2016 comenzó con el mismo dinamismo con el que acabó el pasado año y «afianza la recuperación del mercado inmobiliario español», según la valoración de los notarios. Un cierto optimismo parece ser la sensación dominante dentro del sector inmobiliario de Girona, una provincia con 687.331 habitantes y que cuenta con un parque de 476.974 viviendas. La diversificación económica (turismo de mar y montaña, comercio e industria de tipo medio) y su situación estratégica a Europa, que la convierten en paso obligado de las comunicaciones, son algunas de las bazas con la que cuenta esta provincia para convertirse en una buena opción para comprar o invertir en inmuebles.
Las previsiones a corto y medio plazo son más que halagüeñas, sobre todo cuando estén completadas las infraestructuras en trámite en la actualidad: reconversión de la NII en autovía, desdoblamiento de dos a tres carriles de la AP7 y el AVE. Las inmobiliarias de Girona parecen estar de suerte.
A pesar de la falta de suelo en la capital gerundense, como ocurre en la mayoría de las provincias españolas, «ésta sigue creciendo por la zona de L’Eixample, donde los precios actualmente están entre los 3.000 y 5.000 euros el metro cuadrado. La misma cuantía la podemos encontrar en el Barrio Viejo y La Devesa; mientras que si nos dirigimos a los extremos a la hora de pagar, la zona más cara es el centro de Girona (de 4.000 a 7.000 euros el metro cuadrado) y las más baratas, los barrios colindantes como Salt, Sant Narcís o Pont Major, donde el metro cuadrado está entre los 2.000 y los 3.000 euros.
Son los jóvenes y la clase media los que se van a estas zonas de las afueras por la dificultad que supone acceder a una vivienda en la capital. En cuanto a las tipologías, tres y dos dormitorios es la vivienda más común y la más demandada, además de la que más se está construyendo mayoritariamente en la actualidad.
Girona, cuyos precios han experimentado incrementos medios anuales de un 17% en los últimos seis años y donde hasta finales de 2006 los inmuebles en construcción se entregaban enteramente vendidos, es más barata que Barcelona, mientras que se encuentra ligeramente por encima de las también catalanas Tarragona y Lleida.