En los últimos meses, miembros de la Associació de la Fatiga Crònica y la Fibromialgia de la Garrotxa se reúnen en el el bosque de Can Serra, situado al lado de Olot, y se abrazan a los árboles. Parece ser que estos gigantes vegetales han tenido un papel importante en la mejoría de su enfermedad.
La fibromialgia afecta a unos 900.000 españoles (el 2,4% de la población), sobre todo a mujeres (en el 95% de los casos). Una enfermedad que en muchas ocasiones te impide tener una vida normal y poder conservar tu trabajo a causa de los dolores diarios.
Lamentablemente en ocasiones estas personas acaban siendo despedidas, sin saber que un profesional de la abogacía especializado en esta enfermedad les puede asesorar para poder «luchar» por una incapacidad laboral.
Los beneficios de los llamados bosques terapéuticos son conocidos desde hace tiempo en Japón, Corea del Sur, Canadá, EEUU o Alemania. Según el responsable del estudio, cuando una persona camina unos 10 o 15 minutos por un bosque, disminuye la frecuencia cardiaca y la presión arterial. Al mismo tiempo se producen acciones cardiovasculares y aumentan las sustancias de inhibición sobre las células cancerígenas aumentando la respuesta inmune.
Las principales mejoras que los pacientes participantes del estudio han podido observar fue una disminución del dolor y de los días de insomnio.