Por césped se conoce a un docena de gramíneas que crece formando una superficie densa. Ya en la antigua Grecia (allá por el 400 a.C) existía un jardín de estilo clásico que consistía en un pequeño terreno con mezcla de diversas hierbas y algunas flores silvestres.
Hoy día el mundo de la jardinería nos ofrece todo tipo de flores, arbustos, árboles. Las técnicas de jardinería han avanzado incluida la variedad de productos. Encontramos, por ejemplo, la posibilidad de comprar césped artificial. Aunque los primeros usos que se han hecho de este tipo de césped han sido casi exclusivos de los campos de fútbol, cada vez se emplea más en paisajismo, jardinería y xerojardinería (jardinería sostenible): parques públicos, campos de golf, jardines particulares, terrazas y balcones, áticos, piscinas, patios interiores o tejados son algunos de sus destinos habituales.
Su resistencia al paso del tiempo y un mantenimiento sencillo lo hacen ideal para espacios que buscan una decoración diferente, más acogedora. Además, el césped artificial es óptimo para las zonas poco soleadas o con sombra, puesto que no necesita riego ni luz natural para crecer. Entres sus muchas ventajas: permite ahorrar en el consumo de agua y evita el uso de productos químicos.