Todo empezó en 1960, en el estado de Texas cuando la MLB (Major League Baseball) decidió agrandarse y creó dos nuevas franquicias a su liga: los Colt 45s de Houston “Astros” y los Mets de Nueva York. Y es des de aquel momento cuando los inversores poco esperaron para empezar a construir el estadio que cobijaría al nuevo equipo de béisbol de la ciudad.
El ex alcalde de la ciudad de Houston y mayor inversor en la nueva franquicia, decía estar cansado de ir a los partidos de los Buffalos, en Houston y que estos se cancelaran por la lluvia. En Texas,con clima húmedo y temperaturas que superaban en verano los 36 grados centígrados creaba un calor insoportable para los deportistas y los seguidores.
En aquel entonces no se conocían los estadios cubiertos y mucho menos el césped artificial. Todo comenzó cuando Hofheinz viajó a Roma y en una de sus visitas al Coliseo le explicaron que en la época romana ponían un toldo gigante con telas pintadas que se estiraba por encima de las gradas para suavizar el calor y el sol del público, llamando “velarium”.
Tal fue el entusiasmo que enfilo todo su dinero y atención en la nueva creación de un estadio cubierto, en lo que se conocería como el Astrodome de Houston. En 1965, se inaguró el recinto y al implantar césped natural se necesitaba suficiente luz natural. Es por ello que los arquitectos, al ser el estadio cubierto, decidieron poner paneles de polimetilmetacrilato en el techo. Sin embargo, fue un fracaso ya que el reflejo del sol molestaba a los jugadores a la hora de atrapar bolas bateadas por el equipo contrario.
¿Y qué hicieron? Pues pintaron todos los paneles de color blanco para que no traspasara la luz y así no molestar a los jugadores. Pero a raíz de esto el césped no tardó en morir…
Fue en esas fechas cuando tomaron nota sobre el “Chemgrass”, el primer sistema de césped artificial. Se conocía que este había sido instalado en un prestigioso instituto de Rhode Island. Se arriesgaron y pusieron el césped artificial interior en el estadio, sin saber los riesgos, el mantenimiento este y la futura polémica que habría si esta nueva tecnología saliera por cualquier cosa mal.
Afortunadamente, todo fue sobre ruedas y fueron más estadios deportivos que se sumaron a esta nueva tecnología… como universidades, institutos e incluso en los jardines de series de la época como la “Tribu de los Brady”.
Aquí en España no fue hasta en 1999 que el Real Madrid se convirtió en el primer club europeo en instalar césped artificial en sus campos de entrenamiento (en Valdebebas).