Desde el 1 de Junio de 2013 cualquier particular o empresa debe disponer del certificado energético obligatorio para alquilar o vender un inmueble, es decir, la pegatina con letra y color que nos indica el nivel de eficiencia energética de la vivienda basándose en cuánta energía necesita la vivienda para mantenerse a una temperatura agradable tanto en verano como en invierno.
Otros países de la UE ya implantaron está normativa hace más de 5 años pero, en el caso de España, como en muchas otras cosas hemos llegado tarde y mal. Pero…¿Cuáles han sido los factores determinantes para que esta implantación no haya llegado a buen puerto? Según algunos especialistas este «fracaso» se debe a 4 factores clave.
El Gobierno llega tarde y mal
Muchos especialistas creen que no puede hablarse solo de un culpable y ni mucho menos que este sea solo el gobierno, pero, si que es cierto que el decreto ley del Gobierno ha llegado tarde y con prisas. Las comunidades autónomas, que son las que tienen esta competencia transferida, apenas han dispuesto de 3 meses para habilitar los registros. De hecho algunas comunidades todavía no cuentan con ellos.
Además estas prisas han provocado que no se aplique la normativa de forma correcta dada la poca información de la que disponen los ciudadanos. Por ejemplo se pueden encontrar ciudadanos que creen que no necesitan la certificación hasta la firma del contrato cuando lo obligatorio es que esta aparezca en el anuncio de venta o alquiler del inmueble.
Guerra de precios entre técnicos
El tema de la certificación energética se ha convertido en un asunto que roza casi la especulación, son muchas las viviendas que hay que certificar y muchos las empresas que quieren sacar partido de esto. Algunas empresas especialistas quieren ofrecer este servicio con el menor precio posible y con el objetivo de abaratar costes hay casos en los que se ha llegado a realizar el certificado energético hasta por teléfono simplemente haciendo algunas preguntas al cliente.
Este punto preocupa mucho a aquellas empresas que llevan años realizando esta actividad que piden que se marquen unas tarifas oficiales con unos honorarios mínimos para realizar este servicio.
Una sociedad sin consciencia energética
Otro punto clave para el poco éxito de esta normativa ha sido la poca concienciación de la sociedad Española con temas referentes a temas energéticos. También hay que sumar que en los momentos de crisis por los que pasa el país es más difícil que temas sobre eficiencia energética formen parte de los debates o comentarios de la ciudadanía.
Según especialistas hay que hablar a la gente y meter en su conciencia que trabajar para hacer una vivienda más eficiente en cuanto energía también es beneficioso para la economía familiar, ya que, aplicar todas las medidas bien aplicadas puede suponer una gran diferencia en el gasto mensual en energía.
Un programa informático que permite la trampa
Algunos especialistas señalan que los programas informáticos diseñados para realizar los certificados de eficiencia energética para viviendas se han hecho demasiado simples y permiten que muchos datos aparezcan por defecto.
La realización de un certificado energético requiere unos conocimientos técnicos y también que se haga de forma presencial en la propia vivienda.