En los locales de ocio y los restaurantes el humo ha sido eliminado definitivamente. Gracias a la ley del tabaquismo se logró. Pese a ser unos procesos distintos, en algunos sectores, asociaciones que velan por la deficiencia auditiva ya se han iniciado para poner fin a otro mal hábito en este tipo de establecimientos: El ambiente contaminado por exceso de decibelios en su interior. No obstante, en la mayoría de establecimientos, no es posible lograr un bienestar acústico, provocado por las máquinas, el trabajo e incluso por los propios clientes de dichos establecimientos.
Por estas razones, las organizaciones que velan para conseguir un bienestar acústico, impulsan y proponen a los dueños de los locales del sector del ocio, hostelería y restauración que adopten e implementen; paquetes de medidas que traten de alcanzar ruidos mínimos y ruidos cero. Al menos, los que más afecten a los clientes. Han aconsejado que en una especie de formulario, dirigida a críticos gastronómicos y periodistas especializados; valoren el confort acústico en los términos de evaluación a la hora de escribir sus artículos. De ese modo, respondiendo a ese cuestionario sencillo y breve, podremos saber si un local de estrellas Michelín, aparte de cuidar la degustación de sus deliciosos platos también ofrece un adecuado entorno.
Además, a través de estos folletos podrán saber a qué atenerse al entrar en estos establecimientos ya que será como una ficha informativa.
Algunas propuestas para aislar el ruido
Desarrollar estudios de impacto ambiental seguimiento ambiental u otros que se adecuen a la actividad del establecimiento es una buena opción. Son variados los orígenes de los ruidos molestos, pero podría ser suficiente que, como norma general los establecimientos se comprometan en el acondicionamiento acústico adecuado de sus recintos. Podemos destacar la incorporación, de materiales específicos, como paneles absorbentes en el techo, materiales porosos y tejidos en la decoración que reducen la reverberación y contribuyan a crear espacios acústicamente confortables.
En ocasiones, la contaminación acústica se evita con soluciones tan simples como mantener los espacios de separación entre la salida al exterior y la sala o el comedor, colocar doble puerta o cortinas en los escaparates o grandes ventanas. También, Se pueden rediseñar las infraestructuras con zonas libres de ruidos y también separar bien las mesas, así evitamos tener espacios dónde aparte de las fuentes de ruido arriba mencionadas, además hayan otros aparatos como máquinas, radios o televisiones funcionando al mismo tiempo.
Y es que dentro de esos bares y cafeterías, ya sean las roturas de vajilla, las conversaciones en un tono demasiado elevado, los arrastres de mesas y sillas, los choques de puertas entre otros; van sumando, acumulándose y formando grandes picos de ruido, una situación casi insoportable.